El día de ayer fue histórico, vivimos con fervorosa ilusión el noventa aniversario de la consagración de Córdoba al Sagrado Corazón de Jesucristo, quien nos ha dejado clara la promesa que hizo al padre Bernardo de Hoyos, S. J., el 14 de mayo de 1733, mostrándole su Corazón y diciéndole: «Reinaré en España con más veneración que en otras muchas partes» y a la Madre Santa Maravillas de Jesús con aquél «España se salvará por la Oración».
Qué grande lo vivido en la soleada tarde de este San Rafael Custodio de Córdoba: demostrar que la bandera de la Fe, fuerza de la verdadera juventud, sigue alzada. En un día tan singular recordamos las palabras del Cardenal Sarah en su última obra: «¡No tengáis miedo de ser pocos!. No se trata de ganar elecciones ni de influir en las opiniones. Se trata de vivir el Evangelio: no de pensar en él como en una utopía, sino de vivirlo de un modo concreto. La fe es como el fuego: para poder transmitirla tiene que arder. ¡Cuidad ese fuego sagrado! Que sea vuestro calor en medio del invierno de Occidente». Tanto en la paz como en tiempos de turbulencia, el Sagrado Corazón de Jesús es la única mayoría absoluta; por lo que ayer y siempre nos consagramos a Él.
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Entrañable jornada la de aquel día, muy acojedora y esperando volver a repetirla.